El "meaconing" es una forma encubierta y potencialmente peligrosa de guerra electrónica que manipula las señales de navegación para engañar a los receptores. Esta forma de ataque GNSS es un subtipo de "Spoofing", que implica interceptar señales GNSS y retransmitirlas sin alterar el contenido, sino sólo con un retraso.
A diferencia de la interferencia, que bloquea las señales y causa una interrupción obvia, el "meaconing" opera sutilmente retransmitiendo señales GNSS (Sistema Global de Navegación por Satélite) con ligeros retrasos o tiempos alterados.
Estas señales engañosas inducen a los receptores a calcular posiciones o direcciones incorrectas sin detectar el error. El "meaconing" representa una amenaza creciente para los sistemas de navegación utilizados en la aviación, el transporte marítimo, las operaciones militares y las tecnologías autónomas.
El término "meaconing" procede de las palabras "masking" (enmascaramiento) y "beacon" (baliza), y tradicionalmente se refería a la manipulación de balizas de radionavegación. Hoy en día, el concepto se ha ampliado para incluir los sistemas basados en satélites, especialmente el GPS.
Un "meaconer" captura señales GNSS reales, las modifica ligeramente y las retransmite desde una nueva ubicación. Los receptores cercanos pueden entonces fijarse en las señales retransmitidas más fuertes en lugar de en las transmisiones legítimas del satélite. Como resultado, el sistema calcula una posición o rumbo falso mientras parece funcionar normalmente.
El "meaconing" explota la confianza fundamental que los receptores GNSS depositan en las señales que reciben. Las señales GNSS son muy débiles cuando llegan a la Tierra, y los receptores están diseñados para adquirir las señales más claras y fuertes disponibles.
Los "meaconers" aprovechan este comportamiento emitiendo las señales GNSS con un retraso, lo que conduce a una posición falsa. A diferencia del spoofing, que a menudo implica señales completamente falsas generadas desde cero, el "meaconing" utiliza señales reales capturadas pero retrasadas. Esto hace que la detección sea aún más difícil porque el contenido de la señal sigue siendo válido: sólo se desplaza sutilmente la información de tiempo o ubicación.
Las repercusiones del meaconing, la suplantación de identidad y la interferencia
El "meaconing" y la suplantación de identidad (spoofing) representan dos amenazas engañosas para los sistemas de navegación por satélite, ambos capaces de inducir a error a los receptores del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS). Mientras que la interferencia simplemente bloquea o sobrecarga las señales GNSS, el "meaconing" y la suplantación de identidad van un paso más allá al engañar a los receptores para que acepten señales falsas como legítimas.
Estos ataques pueden inducir a error a aeronaves, buques, drones, vehículos e incluso infraestructuras críticas. Aunque están estrechamente relacionados en propósito y técnica, el "meaconing" y la suplantación de identidad difieren en sus métodos, por lo que es esencial comprender ambos y su impacto en la seguridad de la navegación.
Aviación
Las aeronaves dependen en gran medida del GNSS para la navegación en ruta, los procedimientos de aproximación y el aterrizaje preciso en condiciones de baja visibilidad. Si un "meaconer" redirige o altera las señales de satélite cerca de un aeropuerto o a lo largo de una ruta de vuelo, podría provocar que la aeronave se desvíe de su rumbo sin activar alertas.
Es posible que los pilotos no se den cuenta de que están volando a lo largo de una trayectoria falsa hasta que sea demasiado tarde. El potencial de violaciones del espacio aéreo controlado, cuasi accidentes o incluso incursiones en la pista aumenta significativamente en tales escenarios.
Aplicaciones militares
La suplantación de radiobalizas (meaconing) es una táctica conocida utilizada para inducir a error a las fuerzas enemigas. Por ejemplo, puede redirigir drones, confundir armas inteligentes o crear datos posicionales falsos durante las operaciones. A diferencia de la interferencia, que es agresiva y se detecta fácilmente, la suplantación de radiobalizas ofrece una alternativa sigilosa. Permite a los adversarios interrumpir la navegación sin anunciar su presencia. Por esta razón, las fuerzas militares invierten en autenticación de señales avanzada, antenas direccionales y fusión multisensor para detectar y mitigar tales amenazas.
Operaciones marítimas
Los buques marítimos también se enfrentan a riesgos derivados del "meaconing". Los buques modernos dependen del GNSS para la planificación de rutas, la prevención de colisiones y la entrada en puerto. En los últimos años, se han notificado casos de buques que mostraban posiciones incorrectas en las pantallas de navegación, aunque parecían funcionar con normalidad.
En algunos casos, docenas de buques informaron simultáneamente de posiciones que los situaban en tierra o a cientos de metros de su ubicación real. Estas anomalías sugieren actividades de "meaconing" o suplantación de identidad. Las implicaciones son graves: los buques afectados por el "meaconing" pueden desviarse hacia aguas restringidas, crear peligros para la navegación o volverse vulnerables a ciberataques y piratería.
Sistemas autónomos
Estos son especialmente vulnerables al "meaconing". Los coches autónomos, los drones y la robótica utilizan datos GNSS para tomar decisiones en tiempo real. Cuando sus sistemas reciben coordenadas engañosas, pueden interpretar erróneamente su entorno y actuar de forma peligrosa.
A diferencia de los operadores humanos, estos sistemas carecen de la conciencia situacional necesaria para cuestionar la validez de sus datos de navegación. A medida que aumenta la dependencia de la autonomía, el daño potencial derivado del "meaconing" no detectado aumenta significativamente.
Las mejores tácticas para contrarrestar el "meaconing"
Un método común es la comprobación cruzada de los datos GNSS con sistemas de navegación inercial (INS), que utilizan sensores internos para calcular la posición y el movimiento. Cuando las señales GNSS se desvían de la predicción del INS más allá de un determinado umbral, el sistema puede señalar un posible ataque.
Las técnicas de autenticación de señales, como el Receiver Autonomous Integrity Monitoring (RAIM), las señales GNSS militares encriptadas y las futuras tecnologías como Galileo OS-NMA (Open Service – Navigation Message Authentication), tienen como objetivo verificar que las señales recibidas proceden de fuentes legítimas.
Los receptores avanzados también utilizan el análisis del ángulo de llegada y las comprobaciones de coherencia de la señal para detectar anomalías. Mediante la supervisión de la dirección, el tiempo y la potencia de las señales entrantes, el receptor puede identificar comportamientos sospechosos. Además, los receptores GNSS multifrecuencia y multiconstelación proporcionan redundancia, lo que dificulta a los atacantes la suplantación o el "meaconing" de todas las señales disponibles simultáneamente.
A pesar de estos esfuerzos, la amenaza del "meaconing" sigue siendo persistente y difícil de detectar. A medida que el GNSS se integra más en la infraestructura global, desde los sistemas bancarios hasta la coordinación de la respuesta a emergencias, las consecuencias del engaño en la navegación aumentan. Garantizar la seguridad de la navegación por satélite requiere una vigilancia constante, innovación tecnológica y una cooperación generalizada.